Shakira estuvo ayer en la boda de Jorge Brito hijo

Desde que los argentinos redescubrieron Carmelo hace unos años, sus habitantes se acostumbraron a ver deambular por allí famosos que, sin fotógrafos a su alrededor, se mueven con naturalidad y disfrutan de su tranquilidad. También de empresarios que se manejan con discreta custodia y en familia.
Pero desde el viernes, el panorama era otro. Por primera vez había movimiento algo más trajinado. Shakira, vía Montevideo, había llegado a Carmelo con dos personas e instalado en Four Seasons Resort, el hotel que en 2010 compró el banquero Jorge Brito. La cantante había cumplido con la promesa de estar en la boda religiosa de su amiga argentina Gabriela Vaca Guzmán con el hijo del banquero.
El viernes, ella se alojó en una de las cuarenta suites y al mediodía se recostó en una reposera al borde de la piscina y protegida del sol con un toallón; también aprovechó la tranquilidad y el buen clima para caminar por el bosque que está dentro del resort de los Brito.
Ese día, en el hotel todavía estaban treinta clientes VIP del banco Macro que Brito padre había invitado para agasajarlos con un día de alojamiento y charla sobre los posibles escenarios de la Argentina 2012. Ninguno de ellos interrumpió la placidez de la colombiana y se fueron a media y tarde para así dejar el hotel para que se ubicaran los primeros invitados. Jorge Brito hijo llegó con su grupo de amigos y en el avión privado del banco, Gabriela hizo lo propio con el suyo. Por la noche, hubo una cena informal con Shakira como agasajada.
Sí, quiero. En el pueblo, la iglesia estaba colmada minutos antes de las 18.30 hora en que ingresó la novia. Y allí, junto a la familia del novio se ubicó Shakira quien quiso seguir todo el proceso del casamiento aun cuando dejaron a su elección la asistencia a la iglesia por la cantidad de medios y curiosos que rodeaban el ingreso.
En total, a la boda estaban invitados unas trescientas personas, muchos de los que se distribuyeron en los 40 cuartos del Four Seasons, los bungalows y algunas de las casas del country El Faro en cuyo enorme sector verde se instaló la gran carpa donde alrededor de las ocho de la noche comenzó la fiesta. En área que se suponía destinada a instalarse –dentro del predio del Four Seasons– está hoy destinada a uno de los hobbies que todo millonario que se precie debe abrazar: un viñedo para sumar a sus correspondientes bodegas, botellas con etiqueta propia.
Finalmente Gabriela y Jorge hijo cerraron los festejos de su unión que se dividió en tres etapas desarrolladas en un mes: primero el civil, luego una fiesta para presentarse en sociedad y ayer, la iglesia.

Fuente: perfil.com

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